Ela la cazadora de mariposas

(Dedicado a mi amiga Carito Cherry amante de mariposas...)

A Ela le encantan las mariposas, se pasa las tardes pensando como cazarlas.

Las busca, las persigue y finalmente las atrapa en su “Bolsa para mariposas". Luego las pincha y las coloca en un cuadrito que cuelga en la pared de su cuarto. Tiene una colección enorme, más de 1000 mariposas.

Lo que Ela no sabe, es que en el pueblo donde ella vive están desapareciendo las mariposas, por eso cada vez le cuesta mas y mas encontrarlas.

Hoy buscó en las plazas, en el bosque, en el campo, pregunto a las flores pero ellas nada sabían…

Regreso a su casa muy cansada, se acostó en su cama y quedo profundamente dormida.

De repente comenzó a soñar que corría con su gran red en la mano persiguiendo la mas hermosa y grande mariposa que jamás había visto.

De pronto... da un salto y la atrapa.

Mientras caminaba orgullosa por la captura, sujetando la red para que la mariposa no se escapara, le parecíò escuchar gritos desde su interior. Acerco su oído a la bolsa y... ¡ si ! se podía escuchar que alguien la llamaba por su nombre:

- ¡Ela! ¡Ela! Por favor…

y nuevamente... ¡Ela! ¡Ela! por favor suelte a la mariposa!

Ela asombrada metió la mano dentro de la red y muy cuidadosamente tomó a la mariposa.

La mariposa se poso en su mano, sacudió sus alas y se quedo muy quieta…Ela la miraba sorprendida, estaba fascinada por su belleza y sus colores brillantes, las alas parecían de terciopelo y eran tan grandes como las de un pájaro.

De pronto otra vez esa vocecita llamándola: ¡Ela! ¡Ela! acerquese mas, así me ve y escucha mejor…

Ela saco la lupa de su bolsillo y miro a la mariposa a través de ella.

Grande fue la sorpresa al descubrir que había un hombrecillo entre las alas de la mariposa que agitaba su mano saludándola, un hombrecillo del tamaño de una hormiga.

La lupa de Ela tenía muy buen aumento, gracias a eso pudo ver el rostro de aquel diminuto hombre, de modales muy amables.

-Mi nombre es Florencio, y vengo directo de la embajada del país de los

Suspiros...cada vez que un ser humano suspira, nace una bella mariposa.-Le dijo el hombrecito de suaves modales.

-Y ¿porqué viniste hasta aquí?... ¿Cómo sabes mi nombre? - Le dijo Ela.

-En el país de los suspiros ¡es usted muy famosa!, entre muchos cazadores y coleccionistas usted se destaca por la cantidad de mariposas que ha atrapado
en tan poco tiempo, lamentablemente, eso esta causando la desaparición de mariposas en su ciudad... por eso hoy le voy a mostrar algo...

El hombrecillo, le pidió a Ela que se acercara mas y acariciando a la mariposa le saco un poco del polvo que tenia en sus alas, soplo con mucha fuerza sobre su rostro y de repente... ¡Ela estaba convertida en Mariposa!...camino con sus patitas hasta un pequeño espejo que tenia sobre la mesa y se miraba sorprendida y con su cara de asombro se dirigió hacia Florencio que con una gran sonrisa le dijo: ¡Vamos bella mariposa! No perdamos el tiempo.

Salieron por la ventana y casi sin darse cuenta… ¡Ela estaba volando!.

Florencio la llevo a recorrer todos los lugares a donde van las mariposas. Ela se sentía feliz, ¡no podía creer que estaba volando!... jugaba en el aire dando volteretas, abría sus alas y planeaba…por primera vez disfrutaba esa maravillosa sensación que todo ser humano desea sentir, la de volar con alas propias.

Al caer la tarde Florencio la condujo hasta un campo lleno de flores silvestres, Ela se detuvo sobre una flor de dulce aroma y casi por instinto comenzó a beber el néctar.

Estaba disfrutando tanto de esas sensaciones nuevas, de ser un ser libre, jugar, comer y divertirse sin horarios e ir a donde quisiera sin preocuparse por nada…

Pero en el mejor momento, una sombra la cubrió por completo, Florencio le grito, ¡Cuidado Ela tiene una red!, ella miro hacia arriba y vio una gran bolsa que le caía encima.

Todo se oscureció, Ela luchaba por salir pero lo único que lograba era cansarse demasiado y terminar lastimada. A los pocos minutos decidió no luchar mas, sentía que la bolsa se mecía y eso la mareaba. Mientras pensaba que sería de ella y que habría pasado con Florencio, se abre la bolsa y una mano saca a Ela para meterla en un lugar que le parecía muy familiar… ¡era una jaula para mariposas, como la que ella solía usar! Solo que esta era más grande y…horrible!

Miro a su alrededor y vio a algunas mariposas que se golpeaban contra el alambre por querer salir, a otras posadas sobre una planta con aspecto triste y unas que se dejaban caer al suelo, a estas ultimas Ela les preguntó porque volaban alto y luego caían como si algo las derribara, una mariposa le respondió: ¿Es que no sabes? Nos derriba la tristeza de saber que aquí moriremos porque hemos sido atrapadas por un coleccionista que primero nos cuenta y luego una por una nos pincha con un alfiler y nos guarda en un cuadro que después cuelga en una pared!

- ¡Ah! ¡Que terrible! ¿Y no hay forma de huir?- Pregunto Ela desesperada.

-No, solo esperar que te llegue el turno.

En ese momento Ela recordó lo que ella hacia y lloró sin cesar porque pensaba en el daño que le causaba a esas hermosas criaturas del aire, tan bellas y con una libertad única… libertad que ella como tantos otros les robaba.

Entonces subió hasta lo mas alto de la planta y se poso sobre una rama allí recordaba a Florencio ese extraño hombrecillo que le había enseñado lo hermoso que era ser mariposa. En ese instante el cazador la toma cuidadosamente y la lleva hasta una mesa con una gran lámpara, Ela miro aterrada la mano del hombre que se acercaba lentamente con un espantoso y gigante alfiler…

Comenzó a sentir como el metal perforaba su cuerpo, el dolor la invadía y rápidamente todo a su alrededor... oscureció…

Ela abrió sus ojos y se levanto de la cama de un salto, corrió hasta el espejo se miro y era ella nuevamente, ya no tenia alas pero lo mejor era que estaba viva, comprendió que todo había sido un sueño, un terrible sueño.

Se vistió y salió a disfrutar el bello día que recién comenzaba, rozaba las flores con las manos, corría por el campo y abría sus brazos como si quisiera volar, corrió tanto… hasta que agotada se sentó debajo de un árbol dejando caer sus manos sobre el suelo con sus palmas hacia arriba y mientras tenia los ojos cerrados sintió una suave cosquilla en su mano derecha, miro y vio que una mariposa se había posado en ella, recordó el sueño y pensaba en Florencio, en la mariposa gigante, pero sobre todo en el terrible sufrimiento que padecen las mariposas cuando son atrapadas. Ela alzo su mano y sopló a la mariposa para que volara, allí mismo prometió nunca mas atrapar mariposas, en vez de eso se convertiría en su protectora.

Construyo un lugar donde llevaba a las especies que estaban a punto de desaparecer y las liberaba cuando lograba que su número se duplicara.

Cada vez que Ela abría la puerta del criadero y veía a las mariposas ser libres, cerraba sus ojos y se imaginaba volando con ellas… disfrutando de lo maravilloso que era ser una mariposa, pues ella en su interior...continuaba siendolo.

En Argentina viven más de 1.000 especies diferentes de mariposas...(hace click acà)